jueves, 3 de enero de 2013

Biografia autorizada de Eduardo Falú.

Eduardo Falú


Por Silvina Miretti

Un hombre solo, con una Guitarra y una voz grave. De estatura sobresaliente, ojos claros, tristones, inundados de esa nostalgia de árabe acriollado en una tierra que aprendió a amar, casi más que a sí mismo. De esa mirada que fluctúa entre la interrogación y el asombro, se desprende mansedumbre y tal vez un dejo de altivez sin desafío, que deja al descubierto un alma frontal, sincera. Andariego, nostálgico, vehemente y ávido de hacer. De fina intuición para adivinar la naturaleza y sentimiento de quienes lo rodean y elegir sus amistades con seguro instinto. De ademanes serenos y reposados es, entre ajenos, un hombre serio, entre amigos, de una cordialidad entrañable y entre íntimos, abierto en total plenitud. A sus naturales cualidades, Falú ha sumado su disciplina, su responsabilidad, su cordura, y ha sabido ordenar su vuelo y su imaginación.
Eduardo Falú, nació el 7 de julio de 1923 en “El Galpón”, Salta, Argentina. Allí permaneció junto a su familia durante un corto tiempo, ya que su padre comerciante, decide radicarse en Metan (Salta), un pueblo lleno de montes, de cerros y caballos, donde Eduardo, metido dentro del paisaje, lleva una vida muy pastoril, de mucha libertad.
Capaz de cuidar celosamente los caballos de su padre, robaba sandías en plena siesta, cazaba palomas con su honda y disfrutaba del hecho de volver a casa cansado, cubierta su ropa de espinas y de barro.
Al almacén de su padre llegaron un día para la venta, unas guitarras que, colgadas entre los serruchos y otras herramientas de campo, llamaron la atención del niño. En esos días de leve temblor de tierra, guitarras y artefactos producieron una misteriosa vibración sonora. Atraído tal vez por esa curiosa “sinfonía”, y por escuchar a su hermano Alfredo tomar clases de guitarra, a los once años Eduardo comenzó a tocar el instrumento. A los catorce años se radica en la ciudad de Salta, allí terminó sus estudios en el “Colegio Normal”. Enamorado de la música andina y en medio de todo el clima poético que representaba en ese momento la ciudad de Salta, y enraizada desde siempre con la tradición española, Eduardo conoció a los grandes poetas del momento: Juan Carlos y Arturo Dávalos, Díaz Villalba, Saravia Linares y Cesar Perdiguero. Con este último compone su primera obra: “Tabacalera”. Mas tarde escriben: “Por el San Bernardo”, una Zamba en homenaje al cerro San Bernardo. Después: “Huaitiquina”, una canción cuyos versos evocan la construcción del ferrocarril a Chile, que nunca se terminó.
En el año 1945 se establece en Buenos Aires junto a Cesar Perdiguero, cantando a dúo, en algunas ocasiones, cumpliendo un hermoso ciclo en Radio “El Mundo”. Mientras tanto, Eduardo alterna sus presentaciones en diferentes escenarios de Buenos Aires, donde el Folklore, no había llegado aún a la gran masa popular, sino más bien, a una determinada clase social. Con Cesar Perdiguero, se preocupaban por escribir obras con ritmo bien andino, como el Carnavalito, el Huaino, el Bailecito, y de esa intensa búsqueda nace: “India madre”.
En el año 1950 graba su primer disco para el sello “TK” y luego de finalizar sus actuaciones en radio “El Mundo”, decide regresar a Salta. Allí, el destino quiso el reencuentro de Eduardo con Jaime Dávalos, quién había evolucionado poéticamente, gracias a la influencia de Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, entre otros grandes de la literatura mundial.
Jaime Dávalos aportó, a la literatura Folklórica Argentina, hondura poética, con un lenguaje refinado, repleto de imágenes y metáforas, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres. Falú captó la esencia misma del verso y halló el equivalente musical preciso. La primera obra del binomio Falú-Dávalos fue: “Zamba de la Candelaria”, con algunos versos de Arturo Dávalos, reconstruidos luego por Jaime. De regreso a Buenos Aires, y anhelando lograr la perfección guitarrística y compositiva, decide estudiar armonía con Carlos Guastavino. Sus composiciones, sus ciclos de televisivos y radiales, sus grabaciones y sus innumerables giras por todo el país, lo elevan al prestigio internacional. Viaja a Europa y ofrece sus primeros conciertos en Paris, en 1959 en el “Teatro de la Ville” (Sarah Bernhardt) y graba su disco “Falú en Paris”. Luego actúa en el “Instituto Ítaloamericano” de Roma. En el año 1963 viaja por primera vez a Japón, ofreciendo más de cuarenta conciertos y con gran éxito, a tal punto, que repite la visita en 1965, 1966, 1969 y 1973, ofreciendo más de 200 recitales. En 1964 actúa por primera vez en estados Unidos, comenzando sus presentaciones en California. En 1968 actúa en las grandes salas de España, Francia e Inglaterra, y ante el éxito rotundo de sus conciertos, dos años mas tarde regresa a Europa, incluyendo a Italia en su travesía. En 1972 vuelve a estados Unidos y ofrece conciertos en Houston, Washington y Los Ángeles. En 1975 viaja a Europa y concentra su actividad en Alemania, Holanda, Austria, Suiza, Suecia, Noruega, etc.…Después, realiza giras por Chile, Uruguay, Perú y Colombia. Dicta seminarios en Castres (Francia), Munich (Alemania), Córdoba (España), Ámsterdam (Holanda). En 1987 vuelve a estados Unidos para realizar un concierto en el “Music Hall” de New Cork (junto a su hijo). En 1992, la Embajada de la Republica Argentina, conjuntamente con la Sociedad Cultural para Latinoamérica y el Caribe, auspician la presentación de Eduardo (junto a su hijo), en el St.John’s Smith Square de Londres. En 1996 Falú interpreta la Primera Suite Argentina en el “Royal Festival may” de Londres y es acompañado por la Orquesta de Cámara Inglesa. El 3 de junio de 1997 regresa a Europa. Mas tarde ofrece un concierto en el “Quenn Elizabeth hall” de Londres (junto a su hijo), ante un público que enmudeció con el rasgueo de su guitarra y aplaudió de pié su arte inigualable.
Su relación con grandes Maestros de la literatura como Ernesto Sabato, hace posible la creación de una obra monumental en la historia de la música argentina: “Romance de la muerte de Juan Lavalle”.
En el año 1999 escribe su Segunda Suite Argentina, para flauta traversa corno y orquesta de cuerdas.
En el año 2007, empresarios alemanes hacen posible la realización de un film, que cuenta la vida y obra del gran Maestro Salteño; Falú NO quedó conforme con esta película, aún así y luego de mucho trabajo, de idas y vueltas, autorizó su estreno. Eduardo continuó en plena actividad guitarristica hasta pocos meses antes de su fallecimiento. Planeaba grabar nuevamente su segunda Suite Argentina con orquesta, ya que en la primera grabación, no quedó satisfecho con la orquesta que lo acompañó en esa oportunidad. Pensaba en la composición de una tercera suite. Fué funcionario activo de Sadaic (Sociedad de Autores y Compositores de Música) y vivió en el barrio de Belgrano, Buenos Aires. Mi Maestro muere el viernes 9 de agosto de 2013.